sábado

Cuarto día: Fonsagrada - Lugo

Cuarto Día
9/7/2009
Nos despertamos a las 6:30, preparamos todo y subimos a desayunar a Fonsagrada. Nos pusimos en marcha pasadas las 8h. Como siempre iniciamos con duras rampas. Poco después iniciamos un descenso divertidísimo por un sendero estrecho, limpio, sin piedras que nos permite ir a gran velocidad. Fue una alegría, pues los primeros tramos por Galicia del día anterior eran bastantes decepcionantes, pues el camino parecia un carril de servicio de la carretera, sin ningún encanto.
A medida que pasan los días el Espiritú del Camino nos va invadiendo a base de lecciones, no sé si espirituales pero afines a la vida cotidiana: Nunca te confies. Prepárate siempre para lo peor. Se prudente. No cantes victoria antes de tiempo. Guarda siempre un caramelo porque lo vas a necesitar. No te precipites con las conclusiones. Confia que siempre aparece lo que buscas. Así fue, después de subir y bajar, enterrarnos en el lodo... empezamos a tener hambre. Tiramos y tiramos buscando una panadería y apareció el coche del panadero. Fue en Dagolada. Desayunamos al lado de una fuente en un prado después de charlar un rato con un señor muy amable. Se notaba que empezabamos a conocer el Camino, esas señales que te va enviando, de ahí que siempre nos anticipásemos a las rampas más duras con el estómago lleno. Así fue, avanzamos con tesón hacia Cadavo (Baleira). Sellamos la credencial en el albergue de la localidad, que por cierto a las 13:30 ya estaba lleno, algo que no entiendo.Compramos provisiones y comimos un poco de pulpo. Reiniciamos pronto la marcha, sólo preocupados del posible calor, pues hoy hacia buen día. El camino hacia Lugo se hizo muy llevadero. Nos cruzamos con uno de los heroes del Camino, aquel chico madrileño que nos había ayudado en ..., que había dormido ayer con nosotros en Fonsagrada y que hoy se había levantado a la 4:30 y aprovechando la luna llena iniciara una etapa que estaba a punto de finalizar de 62 km. Todo un héroe. Como decía a las 18:30 estabamos entrando en Lugo. Tuvimos que subir una inexplicable rampa de escaleras antes de llegar a los pies de la Muralla. A unos km de Lugo el Camino nos había enviado otra señal. Alguién habia limpiado la maleza de camino, dejándola sobre este secando, haciendo que los tojos se convirtieran en alfileres. Ya en el albergue, tuvimos que esperar un tiempo para saber si teníamos sitio. Aquí si se cumplían todos los criterio de prioridades para dormir. Caminantes antes que ciclistas, longitud de etapas, ruta seguida... todo muy ordenado. Tuvimos la suerte de dormir en una habitación para nosotros sólos, la reservada a minusválidos.Nos duchamos con el tiempo justo para acudir a misa en la Catedral. La ceremonia fue muy vistosa, finalizando con una pequeña procesión. Salimos con el tiempo justo para tomar un bocadillo y llegar al albergue antes de su cierre. A dormir.

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